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sábado, 20 de septiembre de 2008

Noche y Luna

Rojo, verde, azul; 
colores primarios 
relucen bajo un cielo estrellado 
en la noche blanca y negra 
que iluminan tus muslos 
acerados. 
Descansa la luna en ellos 
y el reflejo tornasolado 
de sus rayos 
hace estallar campo y flores. 
¿Quien pudiera contar 
lo que fue aquella noche, 
clara como el día, 
en que tus caderas fueron almohada 
y compañía? 
No recuerdo olores 
no recuerdo sabores, 
tan solo recuerdo 
colores 
en la noche blanca y negra.

Mar

Si dejaras que el mar los pies te bese,
que se empapen tus muslos de sal y olas,
que se llene tu vientre de amapolas
y que el agua tu pecho sumergiese;
si nadaras a donde nada hubiese,
donde habitan las almas que están solas
y lucen a la noche agrias farolas;
si el rostro un beso helado recibiese
y el frío del océano quemara
la piel que envuelve el corazón durmiente;
si algún día tal cosa te pasara,
y sólo te encontraras, impotente;
abre los ojos para ver la cara
del que en la mar nos mata, complaciente.






jueves, 11 de septiembre de 2008

Restos

Recuerdo aquel verano, aquel amor
intenso, fuerte, no correspondido.
Siento la llaga de lo no vivido,
de la ausencia de una piel el dolor.
Me falta haber sentido su calor,
haberla amado en lecho compartido,
olvidarla tras haberla perdido.
Me falta haber probado su sabor.
Flotan aún restos suyos en el mar,
inmensidad de direcciones frías.
Aún podría sus huellas encontrar.
Quizá esté viva y haga poesías
y en ellas llame a quien la quiso amar,
quizá busque en la Red historias mías.

Pero a mí ya ¿qué más me da?


Agradezco a Tierrafracio (http://lacomunidad.elpais.com/usuarios/tierrafracio) los valiosos comentarios y correcciones que realizó a la primera versión de estas líneas. Por supuesto, los errores son tan sólo responsabilidad mía.